El
sionismo no nació el 7 de octubre.
El hecho es que los métodos
criminales de esta vertiente del
supremacismo son conocidos y
aparecen muy bien documentados en el
libro La historia oculta de
la creación del Estado de
Israel, de Alison
Weir, publicado por Capitán
Swing en 2021. Del siguiente párrafo
puede destacarse la historia de una
periodista que se topó con la dureza
de la ideología sionista y con lo
que Weir no duda en llamar
terrorismo. El grupo Irgún
—abreviatura de Organización Militar
Nacional en la Tierra de Israel— y
el premio Nobel de la Paz Menachem
Begin, líder del Irgún,
llevaron a cabo acciones terroristas
documentadas en su trabajo para
imponer el Estado de Israel y
convertirlo en lo que es hoy:
«La periodista estadounidense más
famosa de la época también intentó,
con valentía aunque sin éxito,
contar la situación de los
refugiados palestinos. Según la Encyclopedia
Britannica, Dorothy Thompson
fue “una de las periodistas más
famosas del siglo XX”.
La
columna de Thompson se publicaba en
periódicos de todo el país y decenas
de millones de estadounidenses oían
su programa de radio. Estuvo casada
con uno de los novelistas más
famosos de Estados Unidos, fue
portada de la revista Time,
las principales revistas del país
publicaron reportajes sobre ella, y
era tan conocida que acabó retratada
en La mujer del año, una
película de Hollywood protagonizada
por Katherine Hepburn y Spencer
Tracy, que dio pie a una obra de
teatro interpretada por Lauren
Bacall.
Thompson
fue la primera periodista
expulsada por Adolf Hitler, y dio
la voz de alarma contra los nazis
mucho antes que la mayoría de sus
colegas. En un principio apoyó el
sionismo, hasta que después de la
guerra hizo un viaje a la región.
Fue entonces cuando empezó a
hablar de los refugiados
palestinos, narró un documental
sobre su difícil situación y
condenó el terrorismo judío.
Recibió
violentos ataques en una campaña
orquestada que ella misma definió
como “asesinato profesional y
asesinato del personaje”. Denunció
que: ”No ha habido límites: se han
metido en mi vida privada”. Y se
refería así al ataque organizado:
“[...]
Viendo que todas las cartas están
formadas con la misma fraseología,
no creo que sus remitentes tengan
el don de la telepatía”.
Fue
despedida del New York Post,
de cuyo editor Ted Thackrey, y su
mujer, Dorothy Schiff, otros
editores del Post decían que eran
“muy cercanos al Irgún y a Menachem
Begin”. [...]
Llenaron
el buzón de Thompson con violentas
acusaciones de “antisemitismo” por
hacer pública la crueldad de los
sionistas. En una de las cartas le
advertían que los judíos de Nueva
York no iban a tolerar su
repugnante incitación a los
pogromos.
En
poco tiempo, su columna y sus
programas de radio, sus
invitaciones a dar charlas y su
fama se evaporaron. Hoy está casi
borrada de la historia».
La
enseñanza de esta historia no es
tanto si Thompson pasó de la portada
del Time al ostracismo, sino
la capacidad del sionismo de borrar,
con la complicidad de Estados
Unidos, las huellas de una historia
que hoy define como terrorista a
Hamás y como Estado con derecho a
defenderse a Israel: La propia Weir
recoge una cita de George Orwell que
nunca perderá vigencia: “Quien
controla el pasado controla el
futuro; quien controla el presente
controla el pasado”.
Próxima
entrega: 30 de abril.