EL ESPACIO INVISIBLE 

Podemos pasar la vida sin darnos cuenta que hay un espacio que nos contiene. Si seguimos la impresión de los sentidos nos parece que no hay nada. Pero esa nada es fundamental para la vida. Los sabios videntes nos hablan del espacio como la Madre de todo lo que existe. La llaman la inteligencia akásica o la actividad inteligente del Universo, la Madre Divina.

Para la mente humana es un misterio, pero con solo pensar que no hubiera espacio sabemos muy bien que la vida, como la conocemos, no podría existir.  

Hay una verdad invisible que constantemente nos rodea. Pensemos que, dentro de nuestra constitución física hay más espacio que materia. El átomo está lleno de espacio, apenas tiene diminutas partículas. Y es muy curioso que buscamos entre los objetos que la vida nos presenta el significado de la vida, y la vida es más ella misma en el espacio, en el reino de lo invisible.

Nuestra sociedad en su afán de darle sentido a la vida se ha llenado de cosas. Compramos muchos objetos, acumulamos bienes materiales pensando que el tener le da significado a la vida, pero consumimos antidepresivos como nunca antes.

La sabiduría antigua nos habla de esa matriz universal o Madre Divina en donde está contenido todo lo que habita el universo. Y los científicos hablan del espacio tiempo como un único continuo, como dos conceptos inseparablemente relacionados en donde se presentan todos los sucesos físicos del Universo. Y yo pienso que, si estamos dentro de esa matriz universal, estar conscientes de su existencia nos acerca a lo divino.

Hace un tiempo descubrí que podía mirar el espacio y cuando lo lograba sentía que entraba en él. Pero solo por un instante. Algo así como un movimiento interno pero muy agradable. Entendí que para lograr esa penetración hay que lograr primero el silencio, el no pensar. De ahí todas esas disciplinas para acallar la mente. Bendita mente que si bien nos ha conducido por las sendas de la sabiduría que nos han dejado los grandes sabios se convierte en el muro a derribar para poder llegar a donde ellos llegaron.

Dios Madre nos acaricia a través del espacio y al mismo tiempo está tan lejos de nuestra percepción. Pero siempre hay atajos, pequeñas cosas que podemos implementar que nos acercan a esa infinita inteligencia que sostiene todo este universo. Observa el cielo e inclínate ante el espacio vacío e imprégnate de esa inteligencia divina. El reconocimiento abre una puerta de acercamiento que el intelecto es incapaz de abrir.

El poder de la oración, la veneracion hacia lo divino, hacia Aquello que es la vida de todo lo que te rodea no necesita que lo comprendas, que lo disecciones para entenderlo o que lo estudies. Solo necesita que te abras a la Vida y respetes y trates con amor todas sus manifestaciones.

Cuano seas capaz de ver la divinidad en todo, la podrás ver en ti mismo. Es el sendero por el cual todos transitaremos. Es lo que esta sociedad corrupta por el tener necesita a gritos. La vida es sencilla, simple, hermosa y eterna. La complicamos y hemos irrespetado sus manifestaciones. Pero dentro de cada ser humano hay una chispa de esa conciencia divina que impregna todo lo que es, que impregna los sistemas planetarios, solares y cósmicos; y un día, cuando todos reconozcamos que vinimos a llenar este planeta con esa luz, habremos cumplido el propósito de nuestra existencia aquí en el planeta Tierra.

En nuestra tradición católica aprendimos que la Virgen María, como Madre de Dios era la intercesora entre Dios Padre y nosotros. Ahora comprendemos que, si no respetamos el espacio y sus manifestaciones, si no reconocemos que lo divino nos rodea y es la vida oculta de cada cosa que vemos, el camino hacia el Padre está velado. Ella nos abre la puerta, ella es la intercesora, ella nos conduce al Padre. Ahora la llamo Dios Madre y no la Madre de Dios.

Que puedas percibir esa vida oculta cada vez que mires el espacio.  

Carmen Santiago

Hermanos, los Hijos de los Humanos somos Uno y Yo Soy Uno con Ellos dice la oración; que se haga vida y obra en cada uno de nosotros, la Humanidad.

Según el lugar que estemos transitando en el Camino, bajo este signo del Cangrejo, estaremos en la desidentificación con la masa, sintiendo nuestra existencia individual y diferente en algunos sentidos, o estaremos despertando a la conciencia grupal como síntesis superadora de nuestra vida separada.

Evolucionar es expandir la conciencia, cuando más comprendemos, cuando podemos disfrutar de la diversidad, cuando nuestro pequeño yo puede gozar sumergiéndose en el Yo del Alma, la vida poco a poco, nos revela su belleza, su propósito, su inmensidad.

Cáncer es un signo de agua, con Escorpio y Piscis, y forma parte de la Cruz Cardinal, que es la Cruz de la Iniciación. Su opuesto y en consecuencia su Eje, es Capricornio. Cáncer y Capricornio son las dos grandes puertas del Zodiaco. En Cáncer nacemos a la vida en la forma y para hacerlo de algún modo morimos al plano del Espíritu ya que no tenemos conciencia en él. En Capricornio estamos en la conciencia de la vida inmaterial y esto ocurre cuando morimos a la vida en la forma. Para nacer a un plano morimos al otro y viceversa.

En Cáncer se abre la puerta para que las almas vengan a la forma, a este plano de existencia, atraviesan esa puerta todas las Almas que vienen a la encarnación, es una puerta amplia y abierta. Cáncer es la Madre de las Formas. Tiene dentro de sí el misterio de la reencarnación.

Capricornio es la puerta para salir de la encarnación y nacer en el plano del Espíritu. Cáncer nos permite la autoconservación en la vida de la materia y Capricornio nos lleva a la conciencia de nuestra propia inmortalidad, es un signo de iniciación.

Su lema es “Construyo una casa iluminada y en ella habito”. ¿Cuál es esa casa que construyo? Nuestro cuerpo material es nuestra casa, en ella habita nuestro Ser Solar, el que en verdad somos, la pregunta que nos tenemos que contestar es ¿Está iluminada mi casa? ¿La cuido, la mantengo sana, llena de luz, de serenidad, le doy alimentos saludables, le doy el descanso necesario? Si no cuido mis sentimientos, mis emociones, mis pensamientos y mis palabras puede ser que no esté construyendo con mis cuerpos una casa iluminada, este es el tiempo adecuado para mirar esta mi pequeña casa, donde respiro el Aliento que alienta toda la vida en la forma. ¿Le damos gracias por sostenernos en el plano hasta que hayamos cumplido nuestro plan?

Nuestro cuerpo no es nuestra única casa, tenemos un espacio, un lugar donde habitamos donde dormimos, comemos, vivimos en familia, ésta es también nuestra casa. ¿Trabajo, me hago cargo de que esa casa esté iluminada? ¿Pongo lo mejor de mi para vivir en una convivencia armoniosa, doy a todos los que convivimos lo mejor de mí?

¿Qué hago por mi gran casa, nuestra casa común el Planeta Tierra, qué hago por mi nación, qué hago por mi ciudad? Todas son las casas que, en este tiempo de Cáncer, tenemos la oportunidad de iluminar. Si lo intentamos juntos es más fácil, porque juntos siempre podemos más.

Marta Paillet

LUNA LLENA DE CANCER

 Su lema es: “Construyo una casa iluminada y en ella habito”

Rayos III y VII

Cáncer es un signo de agua. Es el lugar del nacimiento de la vida en la forma. Esta energía se conecta con los sentimientos y las emociones humanas. Representa la conciencia de las masas. Induce al alma a la experiencia en la materia. Es el signo en que nace Humanidad como una unidad totalmente integrada. El discípulo trabaja con esta energía para construirse un aura fuerte y luminosa a través de correctas acciones, sentimientos de amor y pensamientos luminosos. El trabajo en el plenilunio puede estar enfocado en la iluminación de todos los aspectos de la vida diaria. 

Este plenilunio lo dirige Veda Vyasa.