El arte de morir es el arte de vivir porque la vida y la muerte son los dos procesos fundamentales de la existencia.  Cuando una forma cumplió su propósito se destruye para que otra más bella pueda surgir en su lugar. Al invierno, en donde todo muere, le sigue la primavera, en donde todo renace. Aquello que es la muerte para la oruga, es el nacimiento para la mariposa. La germinación, que es una explosión de vida, representa la muerte de la semilla. La vida es una danza de formas en constante cambio.  

Cuando reconocemos el fin de un rol y pasamos armoniosamente a ocupar el siguiente, estamos entrenándonos para el cambio mayor, que a todos nos toca, cuando tengamos que abandonar nuestro cuerpo.  Cuando nos aferramos a una forma y queremos que dure para siempre nos estamos asegurando un sufrimiento futuro.

Hoy, como humanidad, estamos viviendo la muerte del sistema por el cual hemos administrado la vida. Nadie es ajeno a la crisis civilizatoria en la que nos encontramos. La codicia dañó todos los sistemas, ya sean políticos, económicos, educativos, científicos… Hasta nuestra adorada libertad de expresión se ha visto afectada. Estamos ante la muerte de nuestra civilización y estamos, al mismo tiempo, ante los albores de una nueva. Reconocer los ciclos nos prepara para vivirlos adecuadamente y no sufrirlos. Si bien es un reto vivir en semejantes tiempos, al mismo tiempo es una gran aventura.

Los mas audaces inventan formas nuevas. Las viejas formas se resisten. Y de esta resistencia surgen innumerables guerras y batallas de todo tipo.

¿Qué podemos hacer? ¿Cómo vivir estos tiempos de grandes cambios?

No encuentro nada más importante que soltar los apegos, y no solo materiales sino de ideas, creencias. La física cuántica ya nos eliminó la solidez de la materia y ahora nos induce a pensar que vivimos en un simulacro. Bien lo decían los hinduistas, todo es maya, todo es espejismo. La realidad está más allá del mundo que perciben los 5 sentidos.

La vida, en estos tiempos, nos obliga a aprender el desapego, una enseñanza muy antigua que el Buda nos dejó como una herencia sagrada. Hoy nos resulta una estrategia de supervivencia.  

No combatas la oscuridad, no te enfrentes a nada, no juzgues. Concéntrate en encender una luz. Que tu vida irradie esa luz. Es la única forma cuando el horizonte humano se oscurece tanto. La resistencia al cambio, la violencia, la guerra solo generan más oscuridad. No te gusta lo que ves, inventa lo nuevo. Es tiempo de crear, de imaginar, de preparar el camino para lo nuevo que se nos viene.

Existe una práctica muy antigua que bien puede ser la mejor receta para prepararnos para estos tiempos, en la que en el atardecer se le entrega al sol poniente el día que se acaba de vivir diciendo:

“Te entrego, Padre Sol, lo vivido, te doy gracias por la energía que me has dado para realizar mi trabajo. Libérame y ánclame en este presente que vivo. Nada retengo conmigo, todo te lo entrego, Padre Sol.” Y al amanecer, con el primer aliento, se toma la energía para ese día y se dice: “Padre Sol, dame tu energía limpia y pura, sin carga del pasado, para vivir plenamente este día que se inicia.”

Y así vives cada día como único e irrepetible.

Te comparto una enseñanza de mi ángel guardián que publiqué en mi librito llamado el Ángel Guardián y que hoy me resulta tan especial. Que tu ángel pueda inspirarte como me inspiró a mí.

“Quien glorifica la vida sabe que para vivir eternamente hay que morir incesantemente a cada instante. Entre el vivir y el morir aparece un punto eterno, en donde la sustancia primordial engendra nuevos mundos cada vez más perfectos. Cuando sepas como vivir y morir tan fugazmente que, entre uno y otro puedas penetrar al punto eterno, serás libre, por fin libre, completamente libre.”

Desde lo mas profundo de mi corazón,

Carmen Santiago – fdnpcaracas@gmail.com

Hermanos, ¡que el Amor sea más fuerte que el odio y que la muerte! ¡Invoquemos el final de la violencia, de cualquier orden, entre los seres humanos! El camino de la violencia nos lleva a la autodestrucción, es hora de cambiar el rumbo.

Escorpio es un signo de agua, marca un punto de inflexión en el Zodiaco. Escorpio es para Humanidad y para nosotros, los humanos un proveedor de crisis. Su tensión nos lleva a ver lo que no puede seguir.

Las guerras atraviesan una buena parte del planeta, llenando los éteres del espanto del odio y la crueldad. Cada vez que se usa la violencia contra las personas, contra la naturaleza, tenemos más violencia y más destrucción del entorno. Oleadas de refugiados huyen de una vida en la guerra, que es una sobrevivencia dolorosa, en la cual ninguna persona, en su sano juicio, quiere permanecer. Otros huyen de territorios deteriorados por el uso indebido de la tierra, el desmonte y la extracción salvajes.

El miedo, asociado al deseo salvaje de más poder, llevan a grupos selectos, al delirio de creer que se pueden salvar solos y, en el egoísmo y la codicia extrema, no dudan en mandar a matar y a morir a miles de vidas jóvenes, dejando a millones sin hogar.

La batalla del espíritu es la única que debe ser ganada. Por eso Escorpio dice “Guerrero soy y salgo triunfante de la batalla”.

Esta mega crisis tiene punto máximo de tensión, en el momento en que nuestro planeta, navegando en el espacio, recibe el impacto de las energías de la constelación del Escorpio. Esta constelación en su tremenda fuerza, nos provee y ayuda a aceptar la crisis y comprender que se trata de una crisis de reorientación. Una “Crisis de Reorientación” ocurre cuando paramos, por la intensidad de lo que ocurre, y nos damos cuenta de que, algo de lo que estamos haciendo como individuos y/o como Humanidad, es completamente erróneo. Vemos que, estamos “orientados” a resolver nuestros conflictos y diferencias a partir de la violencia y las guerras. La reorientación, es volver sobre nuestros pasos, ver que la violencia y la guerra no nos permiten obtener lo que buscamos. Y cambiar radicalmente lo que veníamos haciendo

Así ocurrió con Hércules en el Trabajo de Escorpio, le mandaron a matar a la Hidra de muchas cabezas, son nuestras cualidades negativas, las que forman en cada humano y en el Cuerpo que es Humanidad, el Morador en el Umbral. Intentó por la violencia, que es lo que tenía aprendido y cortó varias cabezas y de cada cabeza que cortó, salieron dos cabezas nuevas. El comprendió y recordó las palabras del Maestro: “ascendemos arrodillándonos, vencemos cediendo, ganamos renunciando”.

Dejó toda violencia y de rodillas reconoció que desde la personalidad no podía, y entregó al Alma el trabajo. Cayó de rodillas diciendo: yo desde mi personalidad no puedo con esto, entrego la Hidra al Padre, a la Luz Solar, a la Luz del Espíritu y reorientándose vio como la Divinidad en él, disolvió las cabezas en el plano físico: la comodidad, el sexo y el dinero, las del cuerpo de deseos: el temor, el odio y la ambición y las del cuerpo mental: el orgullo, la separatividad y la crueldad.

Levantemos nuestras Hidras al cielo para que la Luz Divina las disuelva y disuelva la Gran Hidra en toda la Humanidad.

Marta Paillet

 

PLENILUNIO DE ESCORPIO

 Guerrero soy y de la batalla surjo triunfante 

La celebración de la luna llena de Escorpio está presidida por el Maestro Saint Germain. Preparémonos en profundo recogimiento y aprovechemos el momento que nos regala el cielo para poder limpiar y purificarnos de todo lo irredento en nosotros, esos obstáculos que no nos permiten cumplir a cabalidad nuestro compromiso con el Plan. De la misma manera que Hércules venció a la Hidra exponiendo sus cabezas a la Luz, ofrezcamos nuestros átomos irredentos a la luz de Budi para ser disueltos. Invoquemos al Maestro Saint Germain y visualicémonos completamente envueltos en la Llama Violeta que desde nuestros pies nos cubre completamente.  Permanezcamos visualizando la llama violeta por 11 minutos.

Escorpio porta una energía que pone a prueba al hombre. Ofrece puntos de crisis y momentos de reorientación. Determina un punto de cambio en la vida de la humanidad y en la del ser humano individual. Produce oportunamente la muerte de la personalidad. Es el signo del descenso a las profundidades para ascender nuevamente a las cumbres. La energía de Sirio se derrama sobre Escorpio. Sirio es la estrella de la Iniciación. Escorpio propicia las crisis previas a la Iniciación.

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